os espero en mi nuevo trabajo

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ya esta disponible... EL CABARET DE LOS SUEÑOS NOCTURNOS

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PINCHA EN LA PORTADA para ver el vídeo presentación de EL CABARET DE LOS SUEÑOS NOCTURNOS, el libro que, de la mano de Producciones Nocturnas y Absenta Poetas, aglutina los poemas, fotografías y relatos que forman parte de Nocturnos y El cabaret de los sueños, mis dos obras literarias ilustradas en Internet. Para los que vivís fuera de Santander, y estéis interesados, lo podréis hacerlo vía e-mail, para remitirlo por correo. Y pronto, tras mi espectáculo Muñecas de cristal, el Gran Show de presentación del libro por diversos lugares de Santander. Precio: 10 euros. Mail de contacto: isidrorayestaran@gmail.com

ERRANTE EN UN MUNDO QUE ROMPE EN POESIA


Intentaré escribir las frases que ya no te diré a los ojos
mientras escucho “No busques compañía”, de La Prohibida,
al tiempo que me alejo de tu recuerdo tras borrar tu número
y todos los mensajes tuyos y míos de mi teléfono móvil.

Me adentraré en otros mundos literarios para olvidarme
de los versos angustiosos que se apoderaron en los últimos meses
de toda mi obra, de todo mi ser y de todo mi cuerpo,
de una historia de amor que no cuajó y que intentó matarme.

Volveré a Bukowski, a mis viajes otoñales lejos de este
Santander que me aterra y me limita, me iré a Madrid con Paco,
a perderme por La Troje y los barrios de los Austrias,
quizá redescubra Toledo, la Granja, Aranjuez sin su concierto, claro…

Volveré a la Filmoteca a contemplar versiones originales,
limpiaré el polvo a mis joyas de la Dietrich y la Davis,
a mis viejas músicas en vinilo que jamás escucharé de nuevo
porque no me reparan el viejo tocadiscos.

Me regodearé en mis fotografías y mis nuevos personajes,
en ese teatro experimental que descubrí en una paralela
a la Gran Vía madrileña, con gente fresca con ganas de contar
historias suyas y mías, de todos los que como yo, hipotecamos
el corazón riéndonos a carcajadas de la crisis económica.

Me olvidaré para siempre de las críticas de los enemigos absurdos
que se visten de hábito y se dan golpes de pecho sin
saber un ápice de vida y sentimiento, sólo de mirarse a un ombligo
repelente como el nombre del veneno viperino que llevan dentro.

Volveré a besar en los labios a Jolu en la puerta de mi vieja capilla
para escarnio de los fariseos que llegan de visita y se asombran
de que un antiguo secretario se desnude por fuera para vestir
poemas que hablan de amor e injusticias sociales.

Le daré la espalda a la indiferencia, a las calles donde paseábamos,
a esa parada de autobús donde te recogía para llevarte a mi alcoba,
a los mojitos que bebíamos, los porros que nos fumábamos,
al sexo que practicábamos bajo el velux de mi pequeña estancia.

Quizá le confiese al resto de mi mundo que estuve con una mujer,
que a pesar de los hombres que acogí entre mis sábanas, el
nombre de una rosa me estremeció los surcos del sentimiento
perdido de un amor que ya no era utopía, sino realidad.

Me olvidaré del pequeño trovador que me quitó el sueño
la pasada primavera, al verle comerse a besos a un quinceañero
entre las luces fogosas de unos alientos sedientos en pleno
Dragón discotequero de música horripilante y oscura.

Le musitaré a mis musas que las quiero un poco más cada día,
a la vida que es una hija de puta y al apuntador de todo este embrollo
que se vaya con viento fresco muy lejos de la luz de la luna que
intenta, cada noche, hacerme escribir algo bueno, realmente bueno.

Prometo engordar, reírme, beberme la noche con algo sin alcohol
y olvidarme de la angustia y el tormento de la lejanía de los míos,
volver a las cenas en casa de los amigos de siempre y
ponerme la chistera cada vez que os recite mis versos.

Y a ti…
A ti te diré que aunque me muera por dentro,
beberé en soledad lo que fuimos y sentimos, porque
sé que si te miro a los ojos, volveré a morir de amor y angustia,
y eso está muy feo, pequeña… Muy feo.

Y mientras el tren o el avión me alejan de esta ciudad,
de mis temores y mis quimeras,
le canto a mis pesadillas internas y nocturnas
el estribillo de una canción, que es la perfecta receta médica
para dar de nuevo alegría a mi corazón:

Quiero ver gente nueva que no se llame como tú,
y no creo que eso sea pedir demasiado…
quiero sentirme de nuevo vivo y ardiente,
y eso es un juramento de vagabundo errante
que se muere por un mundo nuevo que rompa en poesía…

ISIDRO R. AYESTARAN, 2008

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué pena! ¡Qué pena tan grande comprobar que has perdido el respeto a todo y a todos! Te arrepetirás algún día. Te arrepentirás cuando el hielo apague esa llama que aviva tu verborrea y vuelva la calma. Te arrepentirás de haber metido en el saco a algunos de esos a los que tildas de enemigos absurdos y a los que atribuyes venenos viperinos en sus entrañas, a los que juzgas sin piedad acusándoles de ser "sepulcros blanqueados" que se dan golpes de pecho y visten hábito... Te arrepentirás cuando compruebes que algunos de esos a los que incluyes en el saco que te has fabricado seguirán estando ahí, como lo han estado siempre, para darte el calor necesario, el calor que que derrita los témpanos producidos por ese hielo que necesaramente ha de sofocar el incendio. Sí, Isidro, ahí estaremos. No lo dudes.

Anónimo dijo...

¡Dios mio, escondido en un anónimo tan rastrero, sórdido y cobarde! Que gran valor humano igualar el respeto con el calor de una venganza (te arrepentiras). Yo no soy ni quiero formar parte de esta Iglesia, (en la que creo) y debo aprender entre testigos que demuestran vivir coherentemente el compromiso social sabiendo AMAR en la diversidad y no en el fundamentalismo .

Anónimo dijo...

No has entendido nada... pero nda de nada. Ese "te arrepentirás" no es amenazante ni vengativo. Y el que tiene que saberlo lo sabe. Jamás igualaría el respeto con el calor de una venganza, como mal dices.

Anónimo dijo...

Isidro, echa un vistazo a la vida y obra de Pablo Perez-Minguez....