Soy ese amante perdido
que busca otra vida
a la que amar.
Soy tantas cosas
a la vez,
y ninguna por realizar.
Soy esa flecha blanca
que ha de clavarse
en un corazón.
Una mano tendida
para quien la
quiera coger.
Un pobre desgraciado
que, sin tí,
no sabe querer.
ISIDRO R. AYESTARAN, 1999
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