Hoy te pido que me ayudes
a encontrar el camino
que un día perdí,
no sé dónde ni cómo,
ni tan siquiera por qué,
hasta las rosas tienen espinas
y la mía fue el querer,
el abrir mis brazos
y hasta mi corazón,
el ofrecer una sonrisa
en el camino perdido del amor.
No me arrepiento de nada
a pesar de su traición,
cuanto hice, lo hice de veras, y
con la mano en el corazón,
el "te quiero" que decía
lo sentía en mi interior.
Fui sincero al amarla,
al mirarla, al quererla...
Pero hoy te miró a tí
y siento lo mismo que antes.
Ven, dame la mano,
sigue conmigo adelante,
dime "te quiero" mil veces,
junta tus labios a los míos
y dejemos que ellos hablen.
Que lo hagan de sentimientos,
que se hablen de amor,
que con caricias y ternura
se sepan mirar,
que me hagan olvidar
que hasta las rosas tienen espinas.
Ven, dame la mano...
y caminemos.
ISIDRO R. AYESTARAN, 1999
No hay comentarios:
Publicar un comentario