Un solo número para cantar línea,
una hilera de fichas que llegan
a la culminación de un destino, un premio,
una sonrisa, un cheque al portador
en forma de cuerpo y calor.
Una apuesta segura es la que tengo contigo,
un juego de azar sin secretos ni escondites,
donde la regla en esta aventura es quererte
y dejarme envolver por tu esencia y tus caricias.
Una vela al patrón de los sueños que se hacen realidad,
una quimera que despierta al nuevo día,
mil suspiros ahogados en nuestros nombres,
bajo el calor de una sábana que toca en un arpa
la mejor de sus melodías.
Y finalmente, en un regodeo, un alarde de mimos y guiños,
tú conmigo, yo contigo, los dos en uno
aferrados a una extenuante locura donde
la meta se encuentra en la cumbre de un juego
de amor y ternura, y donde el tablero se aposenta
en un cuerpo que lleva tu nombre, sólo el tuyo
para, alcanzando el póquer de ases, morir en un delirio
donde ninguno pierda tras el suspiro definitivo
de una apuesta firme y concreta:
la senda de tus huellas,
el poder de tu mirada,
la esencia de tu persona,
un testamento de amor… hecho palabra y carne.
una hilera de fichas que llegan
a la culminación de un destino, un premio,
una sonrisa, un cheque al portador
en forma de cuerpo y calor.
Una apuesta segura es la que tengo contigo,
un juego de azar sin secretos ni escondites,
donde la regla en esta aventura es quererte
y dejarme envolver por tu esencia y tus caricias.
Una vela al patrón de los sueños que se hacen realidad,
una quimera que despierta al nuevo día,
mil suspiros ahogados en nuestros nombres,
bajo el calor de una sábana que toca en un arpa
la mejor de sus melodías.
Y finalmente, en un regodeo, un alarde de mimos y guiños,
tú conmigo, yo contigo, los dos en uno
aferrados a una extenuante locura donde
la meta se encuentra en la cumbre de un juego
de amor y ternura, y donde el tablero se aposenta
en un cuerpo que lleva tu nombre, sólo el tuyo
para, alcanzando el póquer de ases, morir en un delirio
donde ninguno pierda tras el suspiro definitivo
de una apuesta firme y concreta:
la senda de tus huellas,
el poder de tu mirada,
la esencia de tu persona,
un testamento de amor… hecho palabra y carne.
ISIDRO R. AYESTARAN, 2008
1 comentario:
ohaio gosaimass iorioshikun onegaishimass..
Me da gusto volver a manchar este espacio de blanco con estas letras negras, que de negras no tienen nada, o como asi los negros han tenido mucho de oscuro pero los norteamericanos se han preocupado de dejarlos solo como negros... los que se masturban leyendo y realizando cosas oscuras.
recuerdo una vez aposte por una maraca, una marakita muy linda pero era maraca y bien hueona, una hueona de mierda en realidad. Pero cuando yo era pequeño solia dibujar multiples dinosaurios y quizas por eso al verla siempre me inundaba una estresante idealidad, y la encontraba linda, creo ke loe ra, y su culo liso y de peso perfecto para mis brazos.
Aun asi aposte por ella, aposte por su belleza, por sus critas de niña, por sus suspiros, aposte por esas fornicaciones en la noche y en la mañana, apenas volvia mi Kime como buen samurai volvia a la batalla y de mi amor se trasformo en repetidas estocadas de carne a su culo.
Aporte por todo aquello pero el dealer me confirmo al final de la partida de que todo lo que habia apostado correspondia a otro juego, al de apostar por ELLA, como quien cuando reza apuesta por dios y por un amigo o conocido.
Te recuerdo isidro que las apuestas siempre las hacemos nosotros, pero tu dijiste algo del poquér.
Pues bien...
Nunca pierdas de vista al Dealer (divinidad buena onda) que es quien toma tu dinero y le saca tu olor y lo trasforma en resucitación por el deseo utopico de creer tener el mando de la nave.
Cuando el juego es siempre juego porque tiene reglas, cuando no hay reglas eso no es juego, eso es mirar las estrellas.
Game over.
Saludos isidro
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