He vuelto a escribirte un poema
tras sentir tu presencia en mi silencio,
releyendo el epílogo que me dedicaste,
ahogándome en el beso que nunca me diste…
He juntado dos o tres frases con tu nombre,
desprendiéndome del rencor y la amargura,
de esta enorme locura mía por continuar
perdiendo en este juego a seguir queriéndote…
He caminado junto a tu portal por si aparecías,
te mandé ráfagas de luz a tu ventana,
dicté mil mensajes al móvil que luego no enviaba,
y todo, por si retornabas de nuevo a mi mirada…
Y me doy cuenta de lo maldito de mis escritos,
de mi bohemia underground en tu recuerdo,
de lo esquivo de tu dictatorial editor
que jamás publicará este testamento,
esas dos o tres frases que junté, ingenuamente,
enlazando tu nombre y el mío
en unos versos que son mi lamento,
la confesión sincera de mis adentros,
una oda honesta a esa luz que desprendes
lejos de mi llanto, de mi cuerpo,
en algún lugar perdido de mi memoria,
en este tétrico empeño mío
por que firmaras este último poema
con el aroma de un beso y una sonrisa…
al volver a comenzar de nuevo…
tras sentir tu presencia en mi silencio,
releyendo el epílogo que me dedicaste,
ahogándome en el beso que nunca me diste…
He juntado dos o tres frases con tu nombre,
desprendiéndome del rencor y la amargura,
de esta enorme locura mía por continuar
perdiendo en este juego a seguir queriéndote…
He caminado junto a tu portal por si aparecías,
te mandé ráfagas de luz a tu ventana,
dicté mil mensajes al móvil que luego no enviaba,
y todo, por si retornabas de nuevo a mi mirada…
Y me doy cuenta de lo maldito de mis escritos,
de mi bohemia underground en tu recuerdo,
de lo esquivo de tu dictatorial editor
que jamás publicará este testamento,
esas dos o tres frases que junté, ingenuamente,
enlazando tu nombre y el mío
en unos versos que son mi lamento,
la confesión sincera de mis adentros,
una oda honesta a esa luz que desprendes
lejos de mi llanto, de mi cuerpo,
en algún lugar perdido de mi memoria,
en este tétrico empeño mío
por que firmaras este último poema
con el aroma de un beso y una sonrisa…
al volver a comenzar de nuevo…
(c) Isidro R. Ayestarán, 2008
2 comentarios:
fui silla compartida mientras tú eras verso
Ay me asusté
me fuí a todos
te leí en todos
y no podía escribir comentarios
hasta que llegué a Nocturnos
adoro las fotos
admiro el transformismo
y se me hizo un nudo en el alma con el poema
Me sentí totalmente identificada con el párrafo previo
Sabés que siento?
que lo que decís nos cabe a todos
los que soñamos con algo más intenso
más verdadero y más FUERTE
y no la patética danza automática que en vez de sexo se suele practicar ahora
Un besazo
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