En un mundo de oscuridad y tinieblas,
donde la luz de las velas incide sobre mi alma,
añoro una luz al fondo, el resplandor de tu nombre...
la luz de tu mirada.
En un mundo apagado y triste,
donde las caricias se apropian de lápidas,
quiero abrir la puerta al mundo,
a la tierra de tu morada.
En un mundo distinto al nuestro,
donde el amar es una rareza,
quiero inventar nuevas palabras,
quiero sentirte muy cerca,
quiero hacerte mío de nuevo...
Quiero ver tu luz tras la puerta.
ISIDRO R. AYESTARAN, 2007
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