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ya esta disponible... EL CABARET DE LOS SUEÑOS NOCTURNOS

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PINCHA EN LA PORTADA para ver el vídeo presentación de EL CABARET DE LOS SUEÑOS NOCTURNOS, el libro que, de la mano de Producciones Nocturnas y Absenta Poetas, aglutina los poemas, fotografías y relatos que forman parte de Nocturnos y El cabaret de los sueños, mis dos obras literarias ilustradas en Internet. Para los que vivís fuera de Santander, y estéis interesados, lo podréis hacerlo vía e-mail, para remitirlo por correo. Y pronto, tras mi espectáculo Muñecas de cristal, el Gran Show de presentación del libro por diversos lugares de Santander. Precio: 10 euros. Mail de contacto: isidrorayestaran@gmail.com

LA VISITA DE BEATRIZ


Muchas veces me cojo el autobús y me marcho al cementerio a visitar la tumba de mi amiga Marta. Por lo menos tengo un sitio donde puedo seguir hablando con ella sin que nadie pueda impedírmelo. La única diferencia es que ella está callada, como si me estuviera dando la razón en todo lo que digo.Su nicho está al fondo de todo, en los pabellones nuevos que hicieron en uno de los laterales. Para llegar hasta él tengo que atravesar multitud de pabellones de nichos, de tumbas de las de toda la vida, es decir, las que están bajo tierra y que son mis preferidas. También atravieso por grandes panteones de los ricachones de la ciudad y, he de confesar, que me quedé asombrada la primera vez que vi los panteones de los gitanos; una gente que sabe honrar a los suyos en vida y que les sigue respetando y venerando cuando ya han fallecido. Me fijé detenidamente en uno de ellos, adornado con multitud de flores de cerámica y figuritas variadas de coches, animales, objetos de todas las formas... Una maravilla muy a la moda de los setenta, en que adornaban todo bajo la influencia del LSD, salvando las distancias en este caso, por supuesto.Hay tumbas que son auténticas obras de arte, y, confieso, que desde que visito frecuentemente el nicho de Marta, he cogido gusto a esto del arte sacro fúnebre. Me encanta ver las imágenes de las Vírgenes, de los Cristos crucificados y, las más bonitas de todas, las de los ángeles, que son multitud en el cementerio de Ciriego. Hay ángeles de pie y con las alas al viento, ángeles sentados sobre columnas y con el rostro refugiado entre sus manos, ángeles tristes y melancólicos...La lápida de Marta no tiene nada de eso. No tiene Vírgenes ni Cristos ni ángeles. Es una lápida seca y austera, como si a sus padres les hubiera dado vergüenza enterrar a una cría de diecinueve años. Una cría a la que habían ayudado a morir.... Pero esto es una historia muy larga...Como todos los días que voy, aquella mañana limpié un poco la escueta y desnuda lápida de mármol gris y en la que sólo se leía -Marta López Rebollo, 1982-2001. Tus padres -Le puse también dos claveles rojos en el pequeño jarroncito que había en un extremo y, como siempre, me senté en el suelo para hablarle:

- Aquí estoy otra vez amiga mía. Ya ha empezado a refrescar y he comenzado a abrigarme. Deberías verme. He vuelto a engordar y la ropa de abrigo me hace mucho más enorme todavía. He venido como todas las mañanas, en el autobús de las nueve. He dado los buenos días a Javier, el jardinero, y al venir para acá, le he saludado también a la tumba de don Félix Alonso, el vejete que enterraron el mismo día que a tí. Como me pilla de camino, me parece una descortesía pasar de largo, ya que vinimos aquí casi a la vez... Cómo te echo de menos, amiga mía. Echo en falta el pasarme tardes enteras en el garito de Josito, oyéndote hablar sin parar sobre el último rollete que te ligaste, sobre el último modelo que te habías comprado... Es que esto de la muerte es una putada. Sólo deberían palmarla los que de verdad se merecen palmarla; aquellos sin los cuales todo iría mejor. Sí, puede que suene una barbaridad lo que acabo de decir, pero estoy harta de que siempre se marchen los que menos culpa tienen del desaguisado este en el que vivimos. Y tú no tenías culpa de nada, cariño mío. Hay veces que pienso que somos demasiado jóvenes para comprender las mezquindades de la vida, demasiado inexpertos como para aportar soluciones al problema que han ocasionado los otros, los de siempre... Y demasiado inmaduros para saber que esta vida hay que vivirla bajo unos patrones marcados de antemano y que hay que aceptar para que la sociedad no se desbande ni cometa locuras. Ya sé que suena raro en una anarquista como yo el decir todo esto último. Que una chica que no cree ni en Dios ni en la política defienda unos parámetros sociales. Tal vez sea que ya no soy la loca de dieciocho años y que la vida me ha dado muchos palos que me han hecho comprender que no merece la pena seguir luchando por vivir en una fantasía. Mira a nuestro amigo Fabio, aceptando el triste hecho de no ser respetado por su propia familia ni por la sociedad, y viviendo por y para ella. Y yo... con estos padres que me tocaron en suerte, que pese a lo suave que están conmigo desde que te fuiste, siguen mirando con lupa todo lo que hago o digo.Hay veces que pienso que tú fuiste la más lista de todos al marcharte de la manera en que lo hiciste. Ya no tienes que preocuparte por el día a día, por luchar por ser alguien en esta puta vida... ¿Lo ves? Hablo casi como mi padre... ¡Ay, Marta! Ya sé que no sirve de nada el lamentarme continuamente, pero ojalá encontrara a alguien que, en estos momentos, fuera capaz de tenderme su mano amiga y decirme que la vida es maravillosa, que merece la pena seguir viviéndola a pesar de las traiciones con que nos obsequia tan de vez en cuando, pero que, en ocasiones, muy contadas, puede ser capaz de hasta regalarnos una sonrisa de oreja a oreja.No hace falta que te lo diga, amia mía, pero ya sabes que te quiero con todo mi corazón y que.... Ya estoy llorando otra vez... y las lágrimas no me dejan seguir hablándote...Hasta mañana, mi cielo.

ISIDRO R. AYESTARAN, de mi novela A LA SOMBRA DE LAS ESTRELLAS, 2000

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