Los claroscuros del alma atraviesan tinieblas de inquietud, penetran en cada latido, en los silencios, y se instalan en los recuerdos.
El amor y su anhelo son sentimientos desnudos, parejos a la sonrisa y la tristeza.
El amor, en soledad, es tender una mano al fiel compañero, a aquel que espera en su misma soledad que dos seamos uno.
Y al amanecer, empezar de nuevo la vida.
El amor y su anhelo son sentimientos desnudos, parejos a la sonrisa y la tristeza.
El amor, en soledad, es tender una mano al fiel compañero, a aquel que espera en su misma soledad que dos seamos uno.
Y al amanecer, empezar de nuevo la vida.
ISIDRO R. AYESTARAN, 2007
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