¿Por qué censurar la expresión de nuestro propio cuerpo?
¿Por qué callar unos sentimientos certeros?
¿Por qué vivir en un mundo de ojos cerrados y manos que aprietan piedras?
... Porque el amar con el corazón no debería suponer una amenaza para nadie.
... Porque la libertad de ser uno mismo es la única bandera que debería ser jurada y besada.
ESTE ES MI ORGULLO DE LUZ.
ISIDRO R. AYESTARAN, 2008
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