Mientras Santander duerme, los poetas le escriben al amor desde sus solitarias habitaciones, le recitan versos a ese sentimiento mágico de manera evocadora, y le lloran a sus páginas a un ritmo distinto al de aquellos que no ven la vida en forma de poema.
Mientras Santander duerme, hay gente solitaria paseando por sus calles iluminadas artificialmente, al tiempo que los tejados se tiñen de un negro que la luz de la luna apenas puede colorear.
Mientras Santander duerme, sus monumentos recobran un aura especial y se hacen dueños y protagonistas de las calles y de las plazas, porque los solitarios que pasean por ellas, ya hace tiempo que dejaron de ser protagonistas de todo y de nada.
Mientras Santander duerme, hay silencios y quimeras, personajes fotografiados y protagonistas de novelas que despiertan de nuevo a la vida en páginas renovadas. Hay también sueños que se sueñan y sueños que se cumplen; existen sonrisas apagadas por una caricia y susurros que gritan puro sentimiento...
Realizado como homenaje al motor e inspiración de NOCTURNOS: la ciudad que me vio nacer.
ISIDRO R. AYESTARAN, 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario